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DGT: Una pausa en las fiscalizaciones

¿Qué hacemos en esta pausa de dos meses? ¡Es hora de trabajar! – Lineamientos temporales extraordinarios de los procesos de fiscalización

La atención de la emergencia del COVID-19 conlleva una serie de consecuencias relacionadas en las diferentes áreas del aparato gubernamental. De ahí los cinco lineamientos temporales relacionados con los procesos de actuaciones fiscalizadoras publicados por la Dirección General de Tributación.

Entre los lineamientos publicados destaca el que “No se notificarán nuevas comunicaciones de inicio de actuación fiscalizadora durante los meses de abril y mayo de 2020”. Un antónimo a la filosofía expuesta por el Ministerio de Hacienda en cuanto a las acciones tendientes a la recaudación tributaria.

Lo cierto es que estas cosas no suceden todo el tiempo y que, en lugar de tomar un respiro, frotarnos las manos y hacer lo que es más cómodo – que es nada -, deberíamos estar pensando y ejecutando las maneras en las que podemos sacar ventaja del mandato temporal. Aprovechar que, de momento, no tendremos que lidiar con nuevos procesos de fiscalización en los próximos dos meses.

De seguro muchos de los que están leyendo esto se encuentran en una etapa incómoda de sus negocios. Más de uno no puede dormir tranquilo porque es conocedor de sus “pecados” tributarios… ¿Cuántos sienten que están a punto de ser “descubiertos” y no tienen claridad de lo que deberían estar haciendo para que los disparos, cuando lleguen, no sean mortales?

Puede que usted no sea parte de ese grupo, pero que pertenezca a otro aún peor: el de los que no conocen siquiera que tienen prácticas y políticas empresariales riesgosas.
Los que no conocen que tienen condiciones objetivas y subjetivas que los hacen ser el siguiente en la lista de “prospectos a fiscalizar.” Estos últimos tienen una doble exposición respecto al grupo anterior.

Si usted es de este segundo grupo de seguro duerme tranquilo, sí, pero tiene la batalla perdida desde ya si sus conductas son fiscalizadas y la Administración considera que sus prácticas de negocios, en su criterio, son distintas a las previstas por la normativa.

De acuerdo con nuestra experiencia profesional, la mayor parte de quienes reciben traslados de cargos resultantes de fiscalizaciones, se confiesan sorprendidos. Desconocían que sus prácticas no eran acordes a las disposiciones legales, esto inclusive por ser temas de puro criterio subjetivo de la Administración Tributaria.

Y ¿qué es lo que deberíamos estar haciendo en esta fase de “tregua”?

La respuesta es, al menos, el definir su mapa de riesgos.
Para poder tener una buena estrategia, es necesario trabajar los riesgos desde tres perspectivas: 1. Identificarlos, 2. Medirlos y 3. Mitigarlos.

El momento de actuar es ya, no mañana ni en una, cuatro u ocho semanas. Tome estos dos meses de ventaja como una oportunidad en medio de la crisis. Diagnostique su negocio y empiece a trabajar en las medidas preventivas y correctivas necesarias para mitigar los riesgos que ya tiene y en los que podría estar a punto de incurrir.

De seguro la Administración Tributaria seguirá afilando el hacha, haciendo inteligencia tributaria con la información que le están obligando a declarar. Procesándola, analizándola y comparándola.

Lo aseguramos… a su regreso, dentro de dos meses, ellos sí que tendrán una estrategia de fiscalización. ¿Tendrá usted la suya lista?

En Grupo Camacho Internacional le ayudamos con la preparación y administración de su mapa de riesgos y le asesoramos en cuanto a las medidas que desde el punto de vista estratégico es conveniente que vaya implementando. Somos su aliado antes, durante y después de un proceso de fiscalización.

Lucía Vargas Solís
Socia
Grupo Camacho Internacional

¿Como será el mañana?

Esta es una de las más frecuentes interrogantes existenciales de la humanidad a través de la historia. Una duda que indudablemente vemos acentuada a partir de la recomposición social y económica que se genera resultado de la pandemia de Covid-19.

Sin entrar a analizar el trasfondo de orden ontológico, hay que ser muy realistas en el planteamiento de las posibles y amplia diversidad de respuestas. Evitar caer en la especulación y dejarse llevar por esta, es fundamental en tiempos tan trascendentales como el que vivimos hoy.

En todos los campos de nuestra respuesta a esta pregunta, siempre presente, siempre válida en la existencia humana, debemos evitar caer en ser victimas de dos grandes enemigos: el optimismo demencial, que nos aparta de forma peligrosa de los riesgos efectivamente existentes y del pesimismo paralizante, que nos da el pánico ensordecedor de toda esperanza, alimentado en especial por teorías conspiracionistas que poco aportan a la solución.

En el escrutinio de nuestra racionalidad debemos distinguir, en primera instancia, aquellas ideas, pensamientos y acciones que aportan a la solución de mi situación concreta y real. Una realidad cruda, tal cual es, por lo que el primer elemento para distinguir ¿cómo será mañana? es partir de cómo es realmente mi hoy: sin adornos, sin falsas pretensiones ni fantasías… debo evitar desde las modestias incómodas hasta las adheridas conductas de orgullos infundados.

Si quiero ser – como soy, verdaderamente dueño de la respuesta sobre cómo será mi mañana después de esta crisis – debo partir de una base real. De cómo me ha impactado y me viene impactando. Debo proyectar en diversidad de escenarios cómo me impactará la condición de crisis a mí y a mí negocio.

Debo ser estricto con esa realidad del hoy, pues es la sólida partida de construcción de la repuesta que nos hemos planteado, es lograr una construcción sobre roca firme y no sobre arena movediza.

Entendiendo cuál es mi situación empresarial de hoy, debo hacer un abordaje de los asuntos empresariales que de forma impostergable debo resolver: no postergar, no procrastinar, no hay tiempo para darme tiempo. Debo actuar, no parar, a riesgo de equivocarme, hoy más que nunca es tiempo de actuar.

Como estoy ante una situación extraordinaria, inusitada y única, debo, en mi marco de ética y moral, estar dispuesto a actuar fuera de la caja tradicional de herramientas. No puedo construir con los elementos tradicionales, cuando estos son buenos para la gestión en normalidad de condiciones. Este no es tiempo para aferrarnos a tradiciones, tampoco para abandonar la ética y la moral de los negocios.

Recuerde que todo esto se recompondrá. No es un sueño indeseable, es una realidad que no nos gusta y deseamos que acabe y acabará; pero si he actuado en contra de valores de ética y moral, en el nuevo orden del mundo del día después mis clientes, colaboradores, proveedores y aliados de negocios lo recordarán.

Si lo he hecho con transparencia y consecuencia a mi discurso seré recordado y valorado por esto, pero si me he aprovechado de la situación y me lo terminarán reclamando ellos mismos y cobrando muy caro; es lo que hemos denominado “pan para hoy y hambre para mañana”.

Una de las claves para responder cómo será ese mañana, coherente con lo que añoro y lo que en efecto tengo capacidad de generar, será la calidad de la comunicación y la frecuencia con que haga uso de medios no tradicionales de comunicación en condiciones normales de negocios.

No es tiempo para creer que hay que establecer relaciones intuitivas solamente, por el contrario, debemos definir quiénes en la crisis se han comportado efectivamente como nuestros aliados. Es en las condiciones como las actuales donde conocemos nuestros verdaderos aliados, no todos los que dijeron serlo en los tiempos normales, se han comportado como tales en estos tiempos difíciles.

Es el momento de reconfigurar la lista de nuestros aliados y unir esfuerzos que sin duda serán fortalecidos por estas condiciones críticas y eso es una de las grandes ganancias para lograr definir: ¿cómo será el mañana?

Para sobrevivir el hoy, debemos ser conscientes de la importancia de medir nuestras capacidades reales de llegar a diversos escenarios inciertos en el tiempo de tolerancia, para con los flujos de dinero que hoy contamos, poder tolerar estas condiciones de aislamiento. ahora bien, debemos sensibilizarlos a extensivos períodos que incluyen la recuperación y reinserción en el nuevo ambiente de los negocios, que dará como resultado de esta retadora pandemia.

La pandemia, debe ser un acicate para lograr cambios disruptivos que eventualmente estábamos postergando por encontrarnos en zonas de confort. No dejemos de aprovechar los diversos programas gubernamentales disponibles. Hagámoslo sin falso orgullo, que tengamos luego que pagar con un desangrado flujo de caja por habernos negado a aprovecharlos con clara conciencia de las consecuencias.

No dejemos de caminar con la mirada puesta en lo estratégico, sin dejar de cuidar con eficacia lo cotidiano. Apilemos los problemas y clasifiquémoslos entre los que podemos postergar, para atenderlos cuando hayamos superado esta situación y concentremos nuestras fuerzas y energías, así como los escasos recursos, en atender lo estratégico y lo impostergable.

Somos los dueños de la respuesta a la pregunta de ¿cómo será el mañana?

Esa es una posición realista que solo se puede materializar si asumimos con responsabilidad las decisiones que debemos tomar. No es tiempo para caminar solos en el duro camino de la construcción de diversidad de escenarios para la construcción de ese nuevo orden, que dará como resultado esta vivencia global, que ha tocado de manera transversal las diversas áreas de la gestión social.

En Grupo Camacho Internacional hemos desarrollado una caja de nuevas herramientas que trabajamos con nuestros equipos locales y nuestros aliados internacionales. Sabemos que juntos lo haremos mejor, es tiempo de aprovechar estos apalancamientos, de visualizar donde están esos caminos hacia el aprovechamiento de las condiciones en principio negativas, para tornarlas en generadores de mejores prácticas de negocios futuras.

Ninguno de nosotros controla este pequeño gran mal, llamado coronavirus, que, siendo tan pequeño, doblega la grandeza de los avances logrados por la humanidad, los reta y pone a prueba. Deja en evidencia las debilidades que debemos fortalecer y el cambio en los patrones de gestión vital y empresarial que debemos generar. Lo que sí que controlamos y debemos adueñarnos, es de cómo estamos viendo, valorando y actuando frente a estos retos que el pequeño gran mal nos plantea.

Nada ocurre por coincidencia. No existen las casualidades, sí indudablemente las causalidades y es aquí donde nos hacemos dueños de la respuesta de ¿cómo será el mañana?

Entendamos que no somo víctimas de la situación. Solo lo seremos en el tanto nos dobleguemos ante ella. Debemos asumir el papel más inteligente, de ser quienes definan qué queremos se cause a partir de estos retos que nos plantea el Covid-19. De esto si que nos podemos y debemos apoderar.

No dejemos de lado leer la historia. Veamos que de todos los eventos de magnitudes fuertes han surgido grandes empresas y emprendimientos. Esto solo será posible si ponemos a actuar nuestra capacidad creativa, la fuerza dinámica más potente que la vacuna al Covid-19 es creernos y descubrir qué de esa capacidad e ingenio humano, no usado eventualmente hasta hoy, puede y debe sorprendernos a nosotros y a los nuevos competidores que surgirán en el nuevo mercado de bienes y servicios.

Les invitamos a visualizarse como ganadores. Sin demenciales triunfalismos, con realistas inventarios de destrezas y juntos construiremos ese mañana esperanzador, que estará allí siempre, que será solo como nosotros lo queramos definir, a partir de vaciar la caja de viejas herramientas que ya quedaron obsoletas y nos aprovisionemos de las nuevas armas del mañana.

El mundo nunca más será el mismo después de esta experiencia antropológica. Habrá una humanidad redefinida, que terminará teniendo consumidores diferentes y planteando a los oferentes la retadora acción de reconversión inmediata en medios para satisfacer estos nuevos consumidores. Personas con gustos y preferencias inclusive redefinidas en función de las prioridades más vitales.

El nuevo mercado será, a la vez, un dinámico ir y venir de lo anterior a lo nuevo. En ese debate muy propio de las acciones y reacciones enfrentaremos las resistencias. ¡No desfallezcamos! Los retos son motivantes y deben propiciar en nosotros el dínamo de nuestras acciones de hoy.

En esta carrera de fondo debemos administrar nuestros recursos emocionales, empresariales y estratégicos; con la conciencia de contar con escasos bienes y abundantes retos, cubramos nuestros flancos con la claridad que requerimos llegar.

Allá, en el nuevo orden de mañana hay no solo esperanza, sino grandes oportunidades. Debo construirlas desde hoy para aprovecharlas y liderar alguna, no todas, las diversas opciones que el menú del cambio nos ofrece.

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Publicado en el periódico La República el 14 de abril del 2020

El día después de la Crisis

el día después de la crisisLa Aventura del Poseidón, una película lanzada en el año 1972, tenía un tema musical que es apropiado recordar y en él basaré el argumento de las necesidades que estaré explorando en este artículo.

La letra de la canción, muy esperanzadora en una trágica película era “…Yo sé que siempre habrá un mañana”. Este marco escenográfico nos hace preguntarnos ¿Cómo será ese día después?

El día después ha existido siempre y en consecuencia a la continuidad de la historia de la humanidad, la pregunta quizá entonces sería ¿cómo será ese día?

Es parte de una de las ocupaciones principales que debemos abordar en las diversas áreas de nuestra vida y uno de los aspectos más retadores que grandes eventos, como el que vivimos debido al Covid-19, hacen plantearnos con particular énfasis.

Las grandes guerras, los actos terroristas del inicio de este siglo, los cambios en las estructuras de poder y muchos otros eventos que podemos denominar traumáticos, son denominador común de la necesidad, de un planteamiento más serio de esta pregunta.

Tenemos que plantearnos esta pregunta cada uno de nosotros como individuos, empresarios, profesionales, trabajadores independientes y un plural de actores que componemos el tejido social y económico del mundo.

Definitivamente debemos entender que el balance temprano de esta pandemia es la destrucción de una serie de empresas en particular pequeñas y medianas, dispersas en un abanico de sectores interconectados entre sí, que hacen que las afectaciones lleguen de forma indirecta a otras actividades que a primera vista no serían afectadas, por lo menos no de forma evidente. Esto no menosprecia ni desconoce graves afectaciones en grandes corporativos también.

A estos efectos vamos a tomar dos sectores como ejemplo, que nos ayuden a comprender la inevitable interrelación e indudable condición de dependencia que tenemos los agentes económicos.

El sector turismo ha sido afectado de una forma devastadora; al punto que, siendo que ha ocurrido la pandemia en medio de la temporada alta de Costa Rica, la pregunta que debe plantearse no solo quien es trabajador independiente en el sector, sino quien trabaja para empresas en esta actividad y por supuesto, las empresas y los empresarios de este sector, es no solo ¿cuándo? Si no, ¿cómo será el proceso de reinserción a la vuelta del día después?

Las noches de hotel no ocupadas, los desayunos, almuerzos y cenas no vendidos, no se venderán nunca más.

A la vez quizá lo más retador es, en nuestra práctica con empresas y empresarios ya lo está siendo, ¿a qué mercado retornaran?

Siendo que la actividad de turismo es una actividad que, en las prioridades presupuestarias de las personas, ocupa un lugar que compite con prioridades básicas, y a la vez, requiere de un ambiente de confianza en las condiciones para viajar, el turista que primero despertará será el que atiende necesidades de negocios y no necesariamente de orden recreacional.

Este reto plantea, a quienes estén en este sector y pervivan, una obligada redefinición de estrategias de atracción, precios, restablecimiento de personal y una amplia gama de aspectos que no se liberan como si a la película simplemente se le da continuar después de una pausa.

Los sectores de abarrotes y salud han experimentado un crecimiento manifiesto en esta época de pandemia. Esto parece ser una cómoda mecedora, en la cual encontrarse en el péndulo de la economía, sin embargo, la pregunta para ellos es distinta e igualmente retadora…

¿Están preparados para atender la demanda incremental hasta la cresta de la ola? ¿Han definido qué harán con el efecto que causa la abundancia de pan para hoy, que puede ser hambre para mañana? ¿Están estos negocios preparados para no morir de éxito?

Administrar el éxito tanto como la crisis es un difícil arte de gestión excepcional. Deben tomarse muchas decisiones, deben medirse muy bien las consecuencias y costos monetarios y estratégicos de las mismas.

Deben valorarse de manera sopesada estas decisiones para evitar cortar en las empresas funciones y colaboradores que sean vitales e irreparables en el reinicio y la reinvención.

Hacer esto solo como empresa o empresario, no es labor sencilla y se recomienda la asistencia especializada para poder dar objetividad a decisiones que pueden estar influidas por las emociones y, peor aún, por las subjetividades inherentes a la cercanía de su empresa.

Usted y yo podemos estar o no, en uno de estos sectores, lo que es cierto es que, de una manera directa o indirecta, dependemos de ellos; como usuarios o como proveedores. Eso nos hace participes de alguna forma del fenómeno que apenas se enuncia en estos dos sectores a modo de mera ilustración.

Estemos o no en alguno de los extremos de este abanico sectorial, la pregunta es si estamos unos y otros trabajando ya, en la estrategia de reinserción de cara el final de la crisis sanitaria, cuando quiera que esto ocurra. O, si, por el contrario, estamos esperando expectantes el anuncio que ya podemos salir de nuestra condición de confinamiento – por distanciamiento social profiláctico – para ir a nuestras labores como de costumbre.

¿Irán nuestras labores a encontrarse, como de costumbre, cuando retornemos a nuestros lugares de trabajo? Estaremos en un nuevo entorno, tanto mediato como inmediato, que puede ser desconocido o desconcertante. Indescifrable, pues lo que siempre había funcionado y puede que este cambio, temporal o permanente, haga que lo que fue bueno antes pueda llegar a dejar de funcionar. ¿Estamos preparados para esa posibilidad?

Habremos aprendido nuevas formas de llevar a cabo nuestras labores, especialmente en el ámbito de las actividades teletrabajables, que nos dan la oportunidad de plantearnos eventualmente profundos cambios, que, si bien pueden acarrearnos externalidades positivas para nuestras vidas – en la calidad de estas – implican cambios en la gestión de las relaciones de nuestras formas de hacer negocios.

Lo aprendido puede ser muy provechoso para modificar la forma en que veníamos tradicionalmente haciendo negocios y relacionándonos como personas.

Charles Darwin lo planteaba desde el siglo XIX: No será el más fuerte quien sobreviva, sino aquel que logre adaptarse al cambio.

El cambio introducido por Covid-19 es uno que ha venido para quedarse. Ha replanteado los fundamentos de las valoraciones que hacen las personas, esto cambia los hábitos de consumo del individuo, del conjunto social y, por tanto, recompone la demanda por bienes y servicios.

Debemos tenerlo mapeado y debemos tener generadas estrategias, en diversidad de escenarios posibles, ya que aún no contamos con toda la información, lo que hace necesaria la gestión del riesgo de cara a la vuelta a circular.

Esos cambios puede que nos hagan salir de aquellos usos y costumbres, de hábitos de consumo que se verán seriamente amenazados próximamente. Debemos ya estar gestionado nuestra adaptación para entrar y fortalecernos en aquellos sectores en los que los cambios en las necesidades manifiestas y latentes de los consumidores vayan a favorecer un clima de oportunidades.

Hoy el planteamiento de las medidas que han hecho las autoridades de Gobierno es encomiable en su velocidad, oportunidad y diversidad. Creo que se quedan cortas en el dimensionamiento de los plazos.

La salud afecta a la economía de una manera directa e inmediata. La desaparición de las amenazas de salud no afecta a la misma velocidad la recuperación de las actividades económicas. Hay un factor tiempo, duración, y reevaluación de lo ya legislado para que sea boyante. Las normas contra cíclicas no se mueven a la misma velocidad. El que pare la pandemia, no hace que la economía del día después se levante con sol radiante a producir lo mismo, en el mismo modo, en iguales cantidades y con igual cantidad de consumidores efectivos.

En el camino hay quien, habiendo tenido capacidades y usos de consumo que nos beneficiaban, simplemente deba afrontar la realidad de haber tenido que acumular obligaciones, perdido el empleo, su empresa o emprendimiento, o peor aún a un ser querido que influía en esos hábitos de consumo.

Les invito a no limitar su análisis al entorno local. Veamos que hoy somos una gran sociedad, de marcados matices y que, así como no estamos solos en Covid-19, tampoco lo estaremos en el proceso de interrelación en la dura lucha por la supervivencia económica.

Todos los agentes económicos debemos estar conscientes que el momento para plantearse la estrategia del día después ya para hoy es tardío.

Hay muchos que empezaron a pensar, diseñar, actuar e inclusive a invertir en función de la anticipación de los cambios que de manera indudable dejarán como huella, el nuevo orden post-Covid-19.

Esto no solo es así en nuestro país sino en el mundo entero.

Estamos tan globalizados y somos tan planos en la distribución de los males y tan redondos en la privatización de las oportunidades, que éstas están reservadas para quien haya empezado a actuar ya.

Aunque es tiempo de ser racional en el uso de los recursos y es tiempo de ahorrar, no lo es para escatimar inversión en resolver los grandes retos que nos plantea el día después, al que nos enfrentaremos los que tengamos la fortuna de superar la pandemia, que seremos la gran mayoría.

Esta gran catástrofe nos plantea a todos los agentes económicos el gran reto de responder si en efecto contábamos con un buen plan de continuidad de negocios, o si, por el contrario, faltaban aristas a considerar en el mismo, con la relevancia vital de la pérdida de colaboradores clave de manera temporal o permanente resultado de esta pandemia.

La pérdida de las cabezas mismas de las organizaciones, en especial de los líderes y propietarios del negocio.

¿Qué habría pasado si usted, dueño de empresa o grupo económico, hubiese contraído esta pandemia y muerto a consecuencia de ella? ¿Estaba su organización y su patrimonio adecuadamente ordenado para atender esta contingencia?

No volveremos al mismo mundo. Se han develado vulnerabilidades insospechadas. Debemos estar preparándonos para la gestión del día después. Eso no es un modelo de talla única, por el contrario, es algo que se debe confeccionar para cada uno, como un traje hecho a la medida.

Nosotros en Grupo Camacho Internacional, quizá una de las betas de negocio menos conocidas opacada en el brillo de su calidad por nuestro liderazgo como asesores fiscales, tenemos muchísimos años haciendo esta gestión de modelación de negocios, gestión de riesgo, manejo de sucesión empresarial y personal. Porque, por cierto, la única manera sensata de diseñar su estrategia fiscal es teniéndola acorde a su modelo de negocios y la adecuación de éstos a la realidad integral de la economía local y global.

No se quede para el día después para iniciar. Ese día los ganadores estarán trabajando en el mañana de ellos y el suyo puede parecer un trasnochado ayer. Durante el proceso de distanciamiento social debemos aprovechar todos los medios para no quedarnos en la posición de seguidores. Si es que queremos ser líderes no podemos quedarnos en la inacción de los perdedores. Si queremos ser ganadores, o al menos sobrevivientes en ese retador nuevo orden económico, debemos actuar hoy.

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Publicado en el periódico La República el 07 de abril del 2020

Asamblea Legislativa aprueba reforma laboral para la reducción de jornadas

Reducción de jornadas

La Asamblea Legislativa aprobó en primer debate el Proyecto de Ley que permite reducir las jornadas laborales hasta en un 50% del tiempo para los negocios que bajen sus ingresos en un 20% como consecuencia de la crisis del coronavirus.

Además, las jornadas podrán ser reducidas extraordinariamente hasta en un 75% para la para el sector turístico, como se había propuesto originalmente, como para todos aquellos negocios cuya reducción de ingresos llegue a alcanzar el 60%.

La iniciativa se aprobó con 47 votos de los diputados, logrados gracias a diferentes medios de negociación.

La propuesta autoriza al sector privado a modificar los contratos de trabajo de manera temporal. Siempre que se mantengan en el marco de la emergencia nacional.

En Grupo Camacho Internacional consideramos que esta es un paso correcto para el país de enfrentar la crisis económica con oportunidad y eficacia. Este y otros Proyectos de Ley relacionados a la pandemia del COVID – 19 garantizan, tanto a la clase trabajadora como a la clase empresarial, que existe voluntad política de dotar con los medios materiales para que el país pueda continuar su curso a pesar de las circunstancias.

Pese a que las noticias en materia de salud no son las más halagadoras, debemos remarcar nuestra complacencia por el avance cuantitativo y cualitativo en cuanto a las medidas más recientes tomadas por el Poder Ejecutivo, la CNE, la CCSS y el Poder Legislativo. Así como por los otros actores de instituciones públicas y privadas involucrados en la atención de la emergencia.

Activación de comités de crisis ante emergencia COVID-19

Comites de crisis covid19

Cuando se enfrenta una crisis es necesario activar cuanto antes los “Comités de Crisis” – o War Rooms para algunos. Eso mismo ha hecho el Gobierno desde que se activo la pandemia del #COVID19, con equipos cada vez más diversos entre los que se encuentra el Centro de Operaciones de Emergencia y las mesas de diálogo / control del área de tecnologías de la información o comercio.

Usted también, en su empres,a debería generar sus comités de crisis. Equipos de trabajo por área que le permitan tener control de la situación, conocer información de primera mano y tomar decisiones a la velocidad adecuada.

Los comités de crisis dependerán en tamaño, del tamaño de su organización, pero, indistintamente de cuántas personas los compongan, es fundamental que haya una interconexión de participantes entre los diferentes comités. De modo que la información fluya entre uno y otro grupo de trabajo. Entonces, ¿qué tipo de comités debería estar pensando para que su negocio enfrente el #COVID19 de mejor manera?

Comité Central de Crisis:

Usualmente conformado por los Altos Directivos del negocio. Es el punto último de control y toma de decisión final y se alimenta por las informaciones que le brindan los demás comités de trabajo. Su función principal es conocer el macro de la situación, generar proyección de escenarios y anticipar situaciones complejas para la toma de las decisiones respectivas. Además, es el llamado a innovar en servicios, productos y estrategias de ventas que se adecuen al nuevo entorno de negocios debido a la crisis.

Comité de Finanzas:

Encargado sobretodo, de asegurar las acciones de cobro para las facturas ya por vencer. En una crisis con alta incertidumbre como la del #Coronavirus es fundamental enfocar esfuerzos en recuperación de cartera. El equipo de finanzas también debería revisar y analizar acciones referentes a pago a proveedores, ahorros que repercutan positivamente el flujo de caja de la empresa y, en este caso, asegurarse de que el negocio se acoja a las diferentes herramientas de alivio económico que se plantean desde el gobierno, instituciones y bancos.

Comité de Recursos Humanos:

Siendo la crisis actual una crisis que surge de una situación sanitaria, el comité de Recursos Humanos es fundamental. Este equipo debería estar abocado a conocer el estado de sus colaboradores. Monitorear su salud, estar al tanto de los riesgos a los que están expuestos por perfiles de trabajo y lugares de residencia.

Comité de TI:

Cuando las oficinas optan por el tele-trabajo como una manera de dar continuidad a sus servicios durante la crisis, el equipo de TI debe estar a la altura y consciente de su responsabilidad. Sobre el comité de crisis de TI recae el monitoreo de sistemas y la seguridad de estos. Asegurarse de que los diferentes procesos tecnológicos estén funcionando adecuadamente y disponibles para colaboradores y clientes. Los miembros de este equipo también podrían evaluar – junto con el comité general y el de comunicación – la conveniencia de generar canales digitales de venta y las características de ellos.

Comité de Comunicación:

La comunicación en crisis es fundamental, con especial énfasis en la comunicación interna, es decir con colaboradores. Todos deben tener claro las acciones que se están tomando, entender la posición del negocio y apoyar en que la información fluya de la mejora manera. Otros stakeholders también deben estar informados, es decir debe existir una comunicación constante con clientes, proveedores y accionistas. Las crisis suelen ser una muy buena oportunidad para que su empresa se posicione como un negocio confiable y consciente.

Indistintamente si su empresa está compuesta por 5, 50 o 500 personas, el tener roles y comités de crisis bien definidos es el primer paso para hacer frente a tiempos donde el elemento preponderante es la incertidumbre.

Cuando las tareas recaen en cada uno de estos “responsables” (aún si una persona repite en funciones) es mucho más sencillo recabar la información y tomar las decisiones necesarias para que su negocio perdure en las épocas difíciles. Sea creativo e involucre a sus colaboradores, las crisis se abordan con creatividad e innovación.

En Grupo Camacho Internacional con gusto le ayudamos a revisar sus protocolos de crisis y comités respectivos por medio de una consultoría virtual. Conversemos.

“Alivio fiscal” en Costa Rica – Medidas tomadas por el país para mitigar los efectos económicos del COVID-19

Alivio Fiscal COVID19Podremos respirar un poco en medio de la crisis por el COVID – 19 con la aprobación en segundo debate del proyecto de Ley para moratoria del pago de impuestos en el país.

El proyecto es parte de las medidas adoptadas por el gobierno e instituciones para alivianar el impacto económico del Coronavirus en el sector empresarial y productivo. En este caso, se trata específicamente de pausar las obligaciones tributarias de las empresas y personas con actividad lucrativa y así aportar en el saneamiento de sus flujos de caja.

Además, se incluye una exoneración temporal para el pago del IVA por alquileres de carácter comercial.

¡Muy importante! ¡La única exoneración es esa, la de los alquileres! Las otras 5 medidas lo que hacen es diferir el pago del impuesto, no eliminarlo.

 

¿Qué significa esto?

Que igual cada uno, como contribuyente, debemos presentar nuestras declaraciones a tiempo, y más importante aún, debemos recaudar el tributo a nuestros consumidores, tal como se hace usualmente.

Es decir, si mi negocio es una tienda de ropa, debo seguir cobrando a los clientes el 13% de impuesto al valor agregado que he cobrado desde el mes de julio del año anterior.
Lo que permite la Ley es gestionar mi flujo de caja y diferir el pago del impuesto de los próximos 3 meses (abril, mayo y junio) a lo largo del año. Tengo hasta el 31 de diciembre para saldar mi deuda con tributación. Si por alguna razón se me imposibilita el pago del impuesto antes del cierre del año, la Ley contempla la posibilidad de gestionar un acuerdo de pago con las autoridades tributarias.

Las medidas contemplan las declaraciones / pagos de impuestos del mes de abril, mayo y junio. Además, podrían extenderse por un mes más vía decreto presidencial.

En Grupo Camacho Internacional estamos preparados para asesorarlo en cómo aplicar adecuadamente estas medidas, revisar sus gestiones de flujo de caja e inclusive guiarlo en la negociación de un acuerdo de pago con Tributación.

Las medidas se pueden agrupar en moratorias, eliminación de pagos parciales y exoneraciones.

 

Moratorias:

• Moratoria del impuesto al valor agregado:
Los contribuyentes de este impuesto, definidos en el artículo 4 de la ley, deben de seguir presentando las declaraciones correspondientes durante los meses de abril, mayo y junio de 2020. Eso sí, tendrán la posibilidad de no efectuar el pago del impuesto de inmediato, sino diferirlo hasta el 31 de diciembre de 2020 para realizarlo; o bien realizar un arreglo de pago con la Administración Tributaria.

• Moratoria del impuesto selectivo de consumo.
Los contribuyentes de este impuesto deberán presentar las declaraciones del impuesto de los meses de marzo, abril, y mayo en tiempo, y podrán no realizar el pago. Su fecha máxima de paso será a más tardar el 31 de diciembre de 2020; o bien realizar un arreglo de pago con la Administración Tributaria.

• Moratoria de aranceles.
Los importadores, que a la vez estén inscritos como contribuyentes en Tributación, podrán nacionalizar las mercancías sin pagar los aranceles correspondientes durante los meses de abril, mayo y junio de 2020. También la fecha máxima para el pago será el 31 de diciembre de 2020, Los arreglos de pago con la Administración Tributaria son una opción.

Quienes no realicen el pago del impuesto respectivo cubierto por la moratoria y no cuenten con un arreglo de pago en la fecha límite, estarán sometidos a los intereses, multas y sanciones correspondientes.

 

Pagos Parciales:

• Eliminación de los pagos parciales del impuesto sobre las utilidades.

Se exime a los contribuyentes, por una única vez, de realizar los pagos parciales del impuesto sobre las utilidades que les correspondiera efectuar en los meses de marzo, junio y setiembre 2020.

Recuerden que el pago parcial se entiende como un pago por adelantado de este impuesto. La medida lo que elimina es este pago por adelantado, teniendo que hacer frente a la obligación a más tardar en marzo 2021.

En términos reales este es el único alivio efectivo en el que el contribuyente no tiene que asumir compromisos ulteriores, otros que no sean el pago de la cuota total del impuesto sobre la renta en la fecha legal.

Especial incidencia tiene la aplicación del periodo alargado de renta de 15 meses en el año corriente, tanto para la cuota íntegra de este año, como para el flujo de caja del Ministerio de Hacienda.

 

Exoneraciones:

• Exoneración del Impuesto al Valor Agregado en arrendamientos comerciales.
Quedan exentos del pago del IVA, los arrendamientos utilizados para actividades comerciales, por los meses de abril, mayo y junio 2020; siempre y cuando el arrendatario y el arrendador estén inscritos en Tributación.

En Grupo Camacho, si bien estamos teletrabajando, nuestro compromiso es con la continuidad de nuestros servicios y la atención de sus necesidades. Pueden contactarnos en las siguientes direcciones de nuestros socios, o llamando al 2280-2130.

Carlos Camacho, [email protected]
Eduardo Rodriguez, [email protected]
Eduardo Vargas, [email protected]
Lucía Vargas, [email protected]

Las secuelas económicas del COVID-19, ¿cómo preparamos nuestros negocios?

Artículo original publicado por HLB Internacional, Red global de firmas de impuestos y auditorías de la que GCI es miembro.

Los casos de COVID – 19 continúan en aumento en el mundo entero. Costa Rica y Centroamérica no son la excepción. Mientras que las autoridades sanitarias y gobiernos están respondiendo a tiempo completo a la crisis sanitaria, hay otras consecuencias que le siguen y que, como empresarios, debemos tener en cuenta.

Una pandemia como el coronavirus trae consigo consecuencias inevitables más allá de la salud: disminución en el nivel de los negocios, baja en la confianza de los consumidores y en la confianza de los mercados y finalmente una recesión global.

Prepararnos para mitigar estos tiempos difíciles y poner en marcha los planes de acción necesarios para asegurar la continuidad del negocio debería ser el objetivo número uno de empresarios y gerentes en este momento.

Respuestas y toma de decisiones rápidas, contar con el equipo adecuado y tener claro los roles de cada uno de ellos es fundamental. Deberá planear y tomar acción en áreas tan variadas como desarrollo humano, TI, proveeduría y cadena de abastecimiento, comunicaciones y finanzas.

A continuación, un par de acciones que todo líder debe considerar – cortesía de HLB – y otro par, propios desde GCI.

SUS COLABORADORES PRIMERO

Cuando se trata de una crisis sanitaria lo primero sí o sí, debe ser la salud. Asegúrese de que sus colaboradores estén a salvo. En situaciones como estas es necesario conocer el paradero de sus colaboradores, las zonas de residencia y qué tan expuestos o no están al virus.

Siga las recomendaciones de las instituciones sanitarias de sus países y de la Organización Mundial de la Salud. No se exponga ni exponga a su equipo. Si es posible ejecute estrategias de teletrabajo.

Sabemos que no todos los negocios o equipos están preparados para ello, pero hagan el esfuerzo. Tomemos esta crisis como oportunidad para innovar, plantear nuevos procesos de control y revisión a distancia. (HLB generó una encuesta global hace un par de meses sobre los retos de las empresas en la próxima década, invitados a leer los resultados acá: https://www.hlb.global/surveyofbusinessleaders)

Tenga en cuenta que no todos los puestos de su negocio pueden funcionar a distancia. Sea franco con ello y prepárese de manera acorde. Considere tomar medidas de higiene extra en el espacio de trabajo y por supuesto, valore cuál sería el impacto para el negocio en la eventualidad de que ellos deban obligatoriamente quedarse en casa.

Pensar en su equipo de trabajo y la seguridad de ellos es sin duda el primer punto a considerar en el manejo de crisis.

INFRAESTRUCTURA DE TI

La seguridad informática y herramientas de trabajo remoto juegan un papel esencial en el manejo de la crisis. Ya sea que su oficina cuente con un CTO o jefe de TI, trabaje con un equipo de soporte a distancia o sean ustedes mismos quienes se hagan cargo del tema.

Debe tomarse las medidas adecuadas y asegurar una infraestructura de tecnologías de la información sólida, que permita la continuidad del negocio y minimice los riesgos.

Es el momento de asegurar el correcto uso de redes seguras, almacenajes en la nube y protocolos de acceso. Además, si el equipo de trabajo permanecerá en sus casas es fundamental asegurarse que aquellos procesos / trabajos en servidores locales se mantenga funcionando desde la oficina, para que cada uno pueda acceder sin problemas.

La ciber seguridad toma relevancia también. Los momentos de crisis son el ambiente ideal para que ciber criminales intenten atacar sus sistemas. Sobre todo, aprovechando que sus colaboradores utilizarán sus redes de internet domésticas o inclusive, sus equipos personales.

La seguridad e infraestructura de TI NO pueden tomarse a la ligera durante la crisis.

SU CADENA DE ABASTECIMIENTO

La pandemia del coronavirus ha afectado fuertemente las cadenas globales de abastecimiento. Tener claro sus proveedores locales e internacional, las materias primas o equipos que requiere y el origen geográfico de ellos es fundamental.

Revise cuáles son esos puntos de su cadena de abastecimiento que se pueden ver más afectados y verifique si puede contar con proveedores de respaldo. Defina los protocolos para su equipo de compra, verifique su inventario y confirme o proyecte algo que nos sospechamos… ¿Cuánto impactará el COVID – 19 en sus niveles de ventas?

Conocer el estado de su cadena de abastecimiento y el nivel de sus ventas, identificar los elementos críticos y cómo estabilizarlos es también una obligación en estos tiempos de crisis.

LOS CANALES DE COMUNICACIÓN SON VITALES

Mantener a sus públicos clave (internos y externos) informados sobre la evolución del problema y las acciones tomadas es fundamental. Sobretodo en épocas donde las noticias falsas e información no verificada se propagan tan rápidamente.

Insista a sus colaboradores en informarse solo por los canales oficiales (de la empresa y del gobierno).

Cuide sus mensajes y prepare canales más expeditos de comunicación. Una situación sanitaria como el COVID – 19 exige comunicaciones oficiales inmediatas… No se olvide las comunicaciones horizontales, los mensajes de sus colaboradores hacia usted o el equipo son tan necesarios como aquellos que surjan desde la compañía. Conocer en todo momento el estado de salud de cada colaborador se hace urgente para la toma de medidas preventivas en el resto del equipo.

No se olvide de sus clientes, accionistas y otros stakeholders.

Infórmeles sobre las acciones tomadas, recuérdeles los horarios o cambios de ellos, invíteles a mantener la calma y sobretodo, a cumplir con los protocolos de salud e higiene recomendados por las instituciones locales de sanidad.

La crisis – en términos de comunicación – también es una excelente oportunidad para ganar o mantener la confianza de sus públicos.

CUMPLA CON SUS OBLIGACIONES FINANCIERAS Y TRIBUTARIAS

En tiempos de crisis es normal que nos olvidemos de algunas obligaciones, pero hay que saber exactamente cuáles son esas que se posponen. Identifique muy bien sus obligaciones financieras y tributarias y realice las acciones y proyecciones necesarias para hacerles frente.

Tenga en consideración aquellos pagos críticos para el mantenimiento de su negocio, no vaya a ser que, además de la crisis existente, su situación se agrave por el no pago a un proveedor o servicio público. Las herramientas tecnológicas y plataformas bancarias en línea son un excelente aliado para esto.

Recuerde sus tributos. Aún en épocas de crisis debemos cumplir con la presentación y pago de impuestos según cada uno de nuestros países. Pero manténgase atento a las noticias. Ya en varios países, como en Costa Rica, está en discusión proyectos de ley para plantear moratorias a los impuestos.

Valore qué es mejor para su flujo de caja y con base en ello tome las decisiones financieras y de pago de tributos.

Conocer el estado de sus finanzas y tomar decisiones informadas le permitirá sortear la crisis de la mejor manera posible.

VEA HACIA EL FUTURO

Es imposible predecir el futuro del coronavirus para las próximas semanas o meses y mucho más, identificar aún el impacto que la pandemia tendrá en la economía.

Aun así, es fundamental que piense a futuro. Los líderes de negocio deberían estar enfocados en acciones de dos vías: la toma de decisiones inmediatas y la constante evaluación de sus planes de contingencia que le aseguren la continuidad del negocio. Genere escenarios, utilice modelos para definir sus próximos pasos.

Utilice el análisis de datos y la información disponible por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE a su favor. Quizás el panorama se ve incierto en este momento, pero las decisiones informadas y acciones optimistas de cada empresario permitirán asegurar que, en cuanto sea el momento, las operaciones regresen a la normalidad.

*Puede leer el artículo original de HLB aquí.

Producción y empleo en épocas del COVID 19

Jornadas laborales

En nuestro artículo del pasado 24 de marzo anterior analizamos la Ley de Alivio Fiscal. Hicimos especial énfasis en los efectos esperados para mitigar la destrucción de las fuentes productoras de la riqueza, así como el empleo.

Planteábamos en ese texto la especial atención y cuidado de administración que comporta el tener el financiamiento de los impuestos de valor agregado, selectivo de consumo y aranceles de nacionalización. Este financiamiento, aunque sin costo financiero, debe manejarse con el claro entendimiento de la gravedad de llegar al mes de diciembre y no poder hacer el pago, o no poder concretar un arreglo de pago con la Administración Tributaria.

Ahora bien, dentro del conjunto de medidas diversas adoptadas por el Gobierno de la República, con valentía y creatividad constructiva, está la promoción de la ley de “Autorización de reducción de jornadas de trabajo ante la declaratoria de emergencia nacional”, bajo el número 9832 y publicada el pasado 23 de los corrientes en horas de la noche.

Debemos reconocer el trabajo de los legisladores, quienes, entendiendo la necesidad de contar con herramientas para la construcción de puentes de gestión ante esta grave crisis económica que se deriva del COVID-19, procuran evitar la destrucción definitiva del factor trabajo, como medida de salvamento de las finanzas de las empresas.

Una concomitante coherencia con el resto de las medidas promovidas por un plural amplio de Instituciones; donde aquí, por su directo vínculo con el tema, debemos destacar el rol de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social – ya no en su función destacada en materia de salud, de por sí encomiable – sino en su papel de administrador de las cargas sociales que recaen sobre los salarios.

La labor de los legisladores debe ser conocida y reconocida por todos. A fin de dotar de esta norma al país en el menor plazo posible, sesionaron de manera superlativamente extraordinaria el sábado 21, lo que debe ser agradecido y resaltado.

Nos demuestran, además, que querer es poder. Esperamos que este espíritu del legislador se mantenga mas allá de esta crisis y que sea una de las diversas ganancias que como sociedad, podamos dar por recogidas y atesoradas de este amargo trago que nos esta haciendo cambiar como personas y como sociedad.

Es la Ley aprobada una ley formal y cualitativamente sintética y simple. Sin muchas flores, con precisión y al grano – otra sana práctica que esperamos adopte como buen hábito nuestro legislador actual e histórico –. El legislador debe, sin ambages decir lo que quiere lograr, decirlo con claridad, simpleza y sin mucha palabrería. Eso se ejemplifica en la norma en análisis.

Debe también el legislador escuchar – lo que hizo al recibir representantes de los sindicatos – pero no quedarse contemplando las orgánicas argumentaciones de mezquindad, típicas de estos dirigentes, que pierden el norte, pues en su brújula está la negra agenda de bolsillo para su clase dirigente, no así la representación efectiva de los intereses de la clase trabajadora.

Una vez superada la consulta de diversos sectores, incluidos los cansinos sindicatos, los legisladores deben hacer lo que dicta la Constitución Política a la que juraron.

Se legisla con una amplia mayoría, casi inusitada, aquí sí entendiendo y atendiendo la condición crítica del estado de necesidad.

Legislaron, so pena de equivocarse, decidieron y votaron. No desojaron las margaritas, ni entraron en largos argumentos sobre la fábula griega, de si serán galgos o podencos, como hemos visto ha sido la triste característica del legislador histórico.

Dice el artículo primero de la Ley, “Para los efectos de esta ley, se entenderá como afectación en los ingresos brutos de la persona empleadora cuando estos se vean reducidos, como consecuencia inequívoca del suceso provocador de la declaratoria de emergencia nacional, en al menos un veinte por ciento (20%), en relación con el mismo mes del año anterior.”

Asimismo, deja previsto que no puede legislar solo para quien tiene más de un año de operar, que es el supuesto de base, sino para quienes tienen menos tiempo de operar. La misma regla de merma porcentual aplica respecto de una caída de ingresos brutos, del promedio de los últimos tres meses anteriores a la declaratoria de condición de emergencia.

Faculta al empleador a reducir hasta en un 50% la jornada y la concomitante paga de salario a quienes cumplan con el supuesto del párrafo anterior. Indica, además, como requisito el notificar a la Inspección de trabajo; no el solicitar una autorización.

La notificación se debe hacer en los tres días siguientes a la decisión unilateral a la que se faculta al empleador.

De notable agilidad se habilita por parte del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social la creación de medios digitales para el cumplimiento de estos requisitos. Dejando ver un aparato estatal articulado, como debería ser siempre. Aplaudimos tanto la articulación como la modernización, que deberían seguir primando en la gestión del Estado moderno.

En los casos donde la caída de los ingresos brutos sea del 60% o más, se autoriza que la reducción de la jornada sea hasta del 75% de la jornada pactada y existente al momento de activarse la condición.

No se distingue aquí de manera particular ningún sector, lo que garantiza la aplicación clara del principio de igualdad constitucional ante la ley.

La consignación de los supuestos que activan el derecho del patrono a la reducción de los porcentajes dichos se establece con alguno de dos requisitos: la declaración jurada del representante legal con la autenticación de un abogado – nótese que no es un acto notarial, por las dificultades de movilidad que tiene el actual estado de emergencia – o la certificación de un contador público autorizado. En ambos casos la mera presentación en forma digital basta.

Se protegen los fueros especiales y estados y condiciones de orden especial, como las licencias; por supuesto, los sindicalistas se fueron a casa tranquilos con solo que se les protegiera a ellos, quienes tienen dicho fuero. Una prueba, de nuevo, sobre lo vil de su efectiva representatividad de la clase trabajadora en su conjunto.

Lo encomiable en la protección del resto de fueros, es que destacan las incapacidades previamente otorgadas, las licencias de maternidad y otros de diversa naturaleza.

También cabe destacar que la medida, al ser discrecional, no obliga llegar a los porcentajes autorizados – siendo estos los máximos posibles –. No necesariamente deben aplicarse estos números de reducción si el patrono considera que su afectación no lo amerita. Puede, además, al no impedirlo la ley, y mientras el estado objetivo de emergencia persista, variar estas condiciones de flexibilidad de las jornadas según sea necesario.

Solamente debe acudir de nuevo a notificar a la inspección, si la caída de ingresos pasa de ser del 20%, al 60% que activa el derecho de reducir hasta el 75% la jornada.

Cuando la medida se aplique de manera selectiva en la planilla del empleador, debe vigilarse la paridad de género, así como la tutela del principio de no discriminación por causa alguna, aspecto de inmaculada higiene en la norma.

En relación con las cargas sociales que recaen sobre la planilla, había y persiste de forma aliviada de manera significativa, una inflexibilidad en el monto de la cotización mínima a la CCSS, en particular en dos de las más pesadas obligaciones: las de IVM (Invalidez, Vejez y Muerte) y la del SEM (Seguro de Enfermedad y Maternidad).

Estas obligaciones, que son del 9.25% de carga para el patrono y 5.5% para el trabajador; pasan a unos nuevos valores de mínima cotización, equivalentes al 25% de dichos montos mínimos. Aspecto que es de gran valía ante la crisis de orden sanitaria en dos sentidos:

1) A pesar de las presiones incrementales de demanda de los recursos para atender la pandemia, se reducen los ingresos del régimen, dejando a la vez accesible el servicio de atención a cualquier persona costarricense o no, que presente estado de necesidad; inclusive si la persona no es cotizante del régimen, o no se encuentra en condiciones de trabajador regular. Esta excepción es aplicable, como manifestación clara de lo que entendemos en Costa Rica por el principio constitucional de solidaridad.

2) Al representar estas cargas de IVM el 5.5% de aporte patronal y 4% de aporte del trabajador, encontramos que la reducción hace eficaz el efecto en las empresas o patronos que deban forzar la reducción de las jornadas indicadas, en los supuestos de la condición de emergencia, causando un alivio efectivo al componente salarial conjunto del salario y las cargas sociales correlativas.

En relación con el régimen del IVM tiene efectivamente una afectación en la misma dirección indicada en el párrafo anterior, pero con un efecto que debemos advertir en los regímenes de pensiones. Un sacrificio que vendrá a desmejorar el precario estado de este fondo de retiro, lo que no le quita mérito alguno al acuerdo de la Junta Directiva de la CCSS; pero sería poco responsable al menos no hacer conciencia de la condición de dicho coste alternativo, que enfrentaremos en el mediano y largo plazo.

Tambien es digno de mencionar, el acuerdo de no ejecución de acciones cobratorias por parte de la institución; así como la reducción de la tasa de interés tanto para las deudas en condición de mora corriente como para quienes cuentan con acuerdo firme de pago ya formalizado.

Solamente articulando esfuerzos unívocos, tendentes a brindar condiciones que viabilicen, en la medida de lo posible, la capacidad de mantener la producción, evitar la destrucción de difícil reemplazo en el aparato productivo y en las condiciones de empleo – aunque mermado bajo condiciones regladas – es que podemos iniciar el proceso de atacar, en conjunto con las medidas fiscales y otras de diverso orden, la pandemia económica.

He visto con asombro algunos comentarios desconectados de la realidad del día después; llamando de inhumano el enfoque económico de las acciones, e incluso de nuestros análisis en diversos foros.

Indicando que son visiones que no consideran la condición pura de la pandemia como un asunto de salud.

Creo que estos comentarios solo encuentran explicación en la mala fe o la ignorancia.

A la ignorancia no podemos tratar de explicarle los motivos de lo fundamental de visionar el ámbito completo de lo que como humanidad vivimos, pues por su condición, aunque lo intentemos no lo lograríamos. Ala mala fe, de manera expresa la despreciamos en el silencio de sus conciencias.

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Publicado en el periódico La República el 31 de Marzo del 2020