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Como buenos ticos, es deporte nacional dejar las cosas para lo último y con frecuencia llegar tardísimo a cualquier lugar. Pasaba igual con las empresas y su relación con la tecnología hasta hace un par de años…

Sí, la pandemia, esa que nos cambió la vida en todos los aspectos también afectó – ¿para bien? – la adopción tecnológica empresarial. Vimos de la noche a la mañana la aparición de decenas, quizás cientos de marketplaces, sitios web de comercio electrónico que ofrecían desde el último artículo de tecnología hasta las verduras de la semana.

Dos años después muchos de ellos desaparecieron, sucumbieron en el mar de oportunidades que ofrece el internet y se ahogaron por los altos costos de los negocios digitales que, en el momento de emprender y de las buenas ideas, suelen quedar ocultos. Esos costos se vuelven un vaso de agua friísima que ahoga hasta al más “empunchado.”

¿Qué pasó entones?

Miles de empresas en cuestión de semanas hicieron lo que posponían desde hace años: adoptar la tecnología porque sí. Era eso o destinarse a morir.

Pasaron de sitios web informativos a transaccionales, buscaron apagar los trastos viejos que tenían por servidores y adoptar cuanto antes sistemas de ofimática empresarial en la nube; se preocuparon por fin por revolucionar sus sistemas, adoptar el mágico mundo del software como servicio (SAAS por sus siglas en inglés) para facilitar la gestión de sus equipos de TI.

Adoptaron a la brava la tecnología, sin ton ni son, sin guía que les permitiera hacer de esos esfuerzos una estrategia sostenida. Se acostumbraron, se adormitaron y ahora, en el 2022: ¡Pum!

¡Qué adopte la tecnología le dije!

Como si la pandemia fuera un preámbulo, nos encontramos desde marzo anterior ante un escenario peor, tecnológicamente hablando. El país fue atacado por ciber delincuentes como un todo, afectando a nuestras instituciones públicas que tanto resuenan en los medios y, también, a cientos de empresas de todo tamaño.

Con los ciberataques nadie se salva.

Desde el joven que maneja su página de e-commerce acostado en su cama todo el día, hasta el grupo empresarial multinacional, con varias compañías gigantes y altos rendimientos anuales.

Todos estábamos vulnerables y hoy, muchos siguen estándolo. Marzo 2022 deberíamos verlo como vimos el marzo 2020: Un antes y después en la adopción tecnológica.

Conti y cualquier otra organización delictiva que haya aprovechado estos meses no ha hecho más que cachetearnos una y otra vez. ¡Gritarnos! ¡Exigirnos que actuemos porque vivimos en un mundo en el que lo más valioso y lo más vulnerable son los datos!

¡Adopte la tecnología! ¡A la brava! De nuevo…

Yo lo veo así: La pandemia enseñó a muchos la necesidad de optar por sistemas modernos, disponibles desde cualquier dispositivo con conexión a internet, pero, por la premura la gran mayoría abordó lo urgente, pero dejó de lado lo importante…

Conti demostró ahora que todos, literalmente todos, somos vulnerables y que cuando nos mudamos a la nube en el 2020 dejamos de lado la seguridad informática básica.

Nuestras finanzas públicas quedaron a oscuras, nuestros hospitales se devolvieron unos 15 años en el tiempo y hoy, siete meses después, seguimos sufriendo las consecuencias de lo vivido.

Con frecuencia me encuentro con empresas, clientes de todo tamaño, que perdieron acceso a sus datos, se quedaron en blanco, sin información contable, sin acceso a sus procesos, métricas e históricos de control.

Otros, de la noche a la mañana encontraron sus cuentas vacías y se lamentan porqué hicieron esa recuperación de contraseña que se salía de la norma. Literalmente los pescaron en una estrategia de phishing de la que nunca se dieron cuenta.

Con lamentarnos ahora hacemos poco. Lo que queda es actuar en consecuencia para efectivamente adoptar la tecnología.

Parece que solo así, a la brava, es que en Costa Rica cambiamos. ¡Ahora todos corren para mejorar su seguridad!

Ojo, en todo momento hablo de adopción tecnológica. Ni siquiera pretendo que nos metamos a conversar sobre transformación digital… El término más toqueteado en los últimos años, pero que va bastante más allá de simplemente introducir un nuevo sistema o comprar un mejor antivirus. Ya habrá tiempo y líneas para ello.

Por ahora, me gustaría quedarnos con tres aprendizajes básicos para sus empresas que le serán de utilidad a partir de hoy mismo y, sobre todo, para cuando se decida acompañar por expertos que le eviten dar tumbos de sistema a sistema y gastar dinero innecesariamente.

1) Organícese: Un inventario le puede, literalmente, salvar su vida empresarial. Tome una hoja de Excel y realice un inventario lo más detallado posible de absolutamente todo lo que tiene que ver con tecnología en su negocio. Detalle cada computadora, cada servidor, cada impresora que se conecta a internet. ¿Cuántos teléfonos móviles tiene? ¿Desde qué tipo de conexiones se loggean sus colaboradores?

Incluya en ese inventario sus sistemas. Tenga a mano al menos la dirección de acceso a cada uno de esos softwares que utilizan los diversos equipos de su compañía. Esto le permitirá, además de enfrentar de manera más ágil cualquier imprevisto o vulnerabilidad, descubrir sorpresas que habría querido conocer hace años. ¡Es imposible imaginarse la frecuencia con la que las empresas pagan 2 o 3 veces por soluciones que hacen lo mismo! ¡Cuánto dinero se desperdicia en tecnología!

2) A protegerse: Empecemos por lo básico… ¡Aprenda a usar contraseñas de verdad! Deje de lado las fechas de cumpleaños, el nombre de su perro o los apellidos de su pareja. Olvídese del 123456… Es más, utilice un generador de contraseñas con parámetros altos de seguridad: contraseñas de más de 10 dígitos, que mezclen mayúsculas con minúsculas, números y caracteres especiales. Sí, lo sé… no podrá aprendérselas y esa es justo la idea. Consiga un gestor de contraseñas seguro y deposite su confianza en él… Los hay desde gratuitos (el de Google, por ejemplo) hasta de pago para todo tipo de presupuesto.

Active sistemas de verificación de dos pasos (2FA por sus siglas en inglés) para todos los procesos de acceso que lo permitan. TODOS. Corporativos y personales, es más, empiece por sus redes sociales. De ser posible opte por un token de seguridad físico, similar al de los bancos, antes que por una aplicación de autenticación o mensajes de texto a su celular. Puede conseguirlo bastante económico a través de Amazon y con gusto le oriento sobre el adecuado para su necesidad.

3) Impulse la desconfianza: Sí, en tecnología y seguridad cibernética la desconfianza debería ser la norma. Desconfíe, desconfíe, desconfíe. Encárguese de sembrar esa semilla en sus colaboradores y compañeros de trabajo. Nunca escatime en tiempo de capacitación y recordatorios sobre lo vulnerables que estamos ante ciberataques.

Sea un loro loco repitiendo una y otra vez los cuidados para todos los niveles de su compañía. La mayoría de las vulnerabilidades requieren la intervención accidental de un ser humano… evite ser usted el que caiga.

Por último, un bonus:

Diagnostique cuanto antes… Para saber qué mejorar, para saber cómo protegerse, es necesario diagnosticar. Entender de qué partimos para plantear el plan de acción adecuado. Cada organización es un mundo y difícilmente habrá dos en las que la ruta de trabajo sea la misma. Algunas partirán de la actualización de sistemas mientras que otras deberán trabajar urgentemente en su gente.

En Grupo Camacho Internacional nos adelantamos a los hechos… Hoy pareciera que teníamos una bolita de cristal en el 2018 cuando empezamos a apostar cada vez más por la adopción tecnológica y transformación digital. En realidad, sabíamos lo que venía para un entorno cada vez más mediado por tecnología y procesos automatizados.

¡Una salvada estar en la nube para cuando surgió la pandemia! Eso, junto con un equipo joven y flexible permitió el pase al teletrabajo de la manera más fluida posible.

Hoy contamos con equipo sólido de consultores en diversas áreas de TI, con más de 15 años de experiencia trabajando con última tecnología (“State of the art,” que llaman) que nos permite, además de ser pioneros y líderes en sistemas de cálculo automático de impuestos y robotización, aconsejar a múltiples clientes para adoptar las soluciones más adecuadas para sus negocios o ejecutar procesos de transformación digital exitosos.

El equipo se complementa con aliados de múltiples ramas de TI en Costa Rica y el resto del mundo a través de HLB Digital, así logramos conformar el equipo más adecuado para cada reto.

¿Qué espera para que su compañía empiece a vivir, ya no el futuro, sino el presente? Permítase acompañar y evite que la próxima adopción tecnológica tenga que hacerla de nuevo, a la brava.