Ya acabé. Ya empecé

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La vida individual, – por tanto, también la empresarial que de esta se deriva – en la manifestación más concreta de la construcción de una mejor sociedad que la que nos tocó recibir, es un continuo de indefinida constante a través del tiempo.

Tan solo ayer muchos dijeron al final de la noche: ¡Ya acabé!

Me refiero a los cumplimientos debidos al impuesto sobre las utilidades, con cierre del 31 de diciembre 2020, el fin de un período fiscal de 15 meses. Este ajuste, con declaración antes del 15 de marzo de cada año nos engancha, como la mayor parte del orbe, a un cierre anual civil dos meses y medio después; el plazo para la presentación y pago de las obligaciones derivadas del impuesto sobre las utilidades.

También, debemos decir que el principio contable de períodos fiscales es un medio de separar, de manera artificial, la vida continua – hipótesis fundamental del negocio en marcha – de una entidad.

Para hoy, 16 de marzo, ya debemos de decir: “Empecé el proceso de preparación a nivel estratégico para la atención de este nuevo año fiscal, que a hoy lleva 75 días de los 365 totales.”

Las mejores prácticas de gestión de empresas a nivel global indican que el primer trimestre es siempre cumplimiento, el segundo es de planeación y puesta en marcha y el tercero para consumar los planes y sus respectivos ajustes. En el cuarto trimestre, el foco está en la preparación de las labores de cierre para el cumplimiento ante: accionistas, acreedores, socios estratégicos y administraciones tributarias.

Es decir, la vida continua de los negocios requiere que centremos en estos días, en los que ya hemos acabado con el 2020, la atención en el período 2021 ya iniciado. Que aprovechemos los aprendizajes adquiridos durante el proceso de cierre de nuestras cifras de negocios. Es momento de preparar el correspondiente alineamiento estratégico del negocio, de cara a las diversas responsabilidades que, como entes insertos en la vida social, tenemos las empresas, los empresarios y el resto de los agentes económicos en la construcción de la sociedad; con un fin ulterior de orden más humanista, antropológico, que busque la dignificación de la condición humana de todos y cada uno.

Respecto a actores externos, debemos centrar nuestra atención en los clientes, de quienes dependemos por supuesto. Este es un buen momento para revisar cómo mejorar sus experiencias como usuarios o consumidores de nuestros bienes provistos y servicios brindados. Mejorar esa experiencia pasa por la necesaria educación de parte y parte, es decir, de un diálogo para la mejora continua, procurando satisfacer necesidades reales y no sucedáneos de las mismas.

En la materia que nos corresponde, como asesores fiscales de empresas y de gestión empresarial y patrimonial, debemos hacer del conocimiento de nuestros clientes de manera clara y anticipada – en un sentido de oportunidad proactiva – los elementos que, aunque desencanten sus oídos, corresponden con claridad y sin ambages a aquellos aspectos de orden legal, administrativo y económico – local e internacional – tienen incidencia en el logro de sus objetivos.

Los objetivos de la empresa y empresario son diversos para la gestión responsable del patrimonio y el cumplimiento de las obligaciones en un mundo cada vez más complejo. ¡Más diversas son las consecuencias del cumplimiento o no de dichas obligaciones!

Muchos objetivos se plantean, al menos en primera instancia, de forma contrapuesta, a veces hasta contradictoria e irreconciliable… Es labor de quienes ejercen la función de empresa, de hacerse acompañar de quienes podamos aplanar esas curvas de contradicciones reales y aparentes, que se dan en el ámbito de la gestión de empresa sustentable y rentable. ¡Un binomio de duro logro!

Gestionar posterior a los hechos es cada vez menos viable, por no decir imposible. Es decir, si en lugar de planear, tratamos de remediar… De ahí que este sea el momento adecuado del año para centrarnos en planificación estratégica. Aquel viejo mundo donde se podía usar máscaras diversas para poder presentarse de cara a diversos partícipes de la vida de empresa en la sociedad ha quedado superado en la era de la información. Una era de transparencia financiera y fiscal.

El accionista quiere conocer el valor real de su negocio, no el valor fiscal del mismo, pues sabe que, en las entrañas de aquella tradición, se daba por tácita la pérdida de valor de posible transacción de su patrimonio, por la pérdida que en el castigo del precio se da en momentos de posibles fusiones, adquisiciones y hasta alianzas estratégicas.

No está de moda ser el más presumido de los listos evasores de impuestos, que usaban alardear y pavonear de sus amañadas maneras de evitar la obligación tributaria, fuera esta internacional, nacional o municipal, cargas directas o indirectas, incluidas las parafiscales de la seguridad social.

Hoy estamos en medio de una anudada red de convenios de cooperación, medios de monitoreo, cruces entre lavado y evasión que hacen cada vez más sofisticado el ámbito del empresario y sus posibles asesores.

Todos estos viejos modos de gestionar empresa han venido de manera acelerada teniendo que mudarse por modelos de gestión que sean susceptibles de ser revisados por las autoridades competentes, en los plazos establecidos por las normas de prescripción y ser eventualmente cuestionados, entrar en discrepancia, litigio inclusive, pero no depender de su no detección; ya que el juego de niños de esconderse en un mundo de cristal, lo hace un acto para ilusos exclusivamente.

Antes de plantearnos los aspectos estratégicos del año ya no podemos, como antes, centrarlos en el simplismo de un antaño reciente, quiero pagar menos impuestos y ganar más dinero. Eso, que parece ser la pretensión del “Mundo Feliz” de Aldous Huxley, hoy debe enmarcarse en un principio de realidad basado en sustancia, coherencia y transparencia como lo dictan los pilares de las normas BEPS, acciones de la OCDE en la que estamos irrenunciablemente inmersos.

Por tanto, aunque el propósito como tesis de principio es resoluble de manera anticipada, procurando la reestructuración empresarial en el ámbito de un ambiente hostil y cambiante, requiere de toma de decisiones con métricas adecuadas de la gestión del riesgo empresarial; ya no solo tributario.

Es una tarea que requiere de realismo, conocimiento y capacidad de ver la empresa como empresario, como profesional y con un amplio acerbo de experiencia. Esa que no se compra en escaparates, no se improvisa en emprendimientos furtivos y donde si por mala fortuna, usted lector, cae en manos de algún proveedor con alguna de estas características, sepa que su ahorro de hoy es un riesgo incremental que será más oneroso que haberse hecho rodear de quienes sí podemos ayudarle.

Quien tiene el patrimonio le recae la responsabilidad de cuidarlo, tenerlo en buena gestión y legítimo recaudo. No importa si es mucho o poco, es el suyo y por eso es que nos interesa protegerlo del hambre angurrienta de las Administraciones Tributarias, que sin duda en estos días están esperando caer sobre sus espaldas a terminar de degollar la víctima – contribuyente – hasta satisfacer su hambruna voraz.

No se fíe de su pasividad – incapacidad – de la Administración. Recuerde que, para nosotros, los generadores de la riqueza, los plazos son de orden perentorio y que ellos disfrutan de la comodidad de los plazos de la prescripción y de las posibles causas de sus interrupciones. La ventana de los riesgos que asume usted hoy como contribuyente se mantiene abierta por cuatro años, de no haber interrupciones de por medio.

Además, este panorama, enfocado desde una óptica autogestionaria, está inmerso en seguir la pista y con cuidado, a los diversos cambios que en lo legislativo pronto enfrentaremos, que nos tocará pagar de una forma u otra. Lo haremos con reformas a los impuestos, si no de maneras tan erráticas que no queremos siquiera anticipar, pero serán sin duda más gravosas y de compleja gestión para la protección de su patrimonio.

La reestructuración del Estado que debemos hacer no es una cosa menor, tanto si la hacemos como si dejamos tareas pendientes, esto incidirá en sus planes de negocios, de estructuración y reestructuración, con graves riesgos para la estabilidad de sus propios planes, con la necesidad imperiosa de documentarnos hasta los dientes.

Si llega la Administración, con sus fauces abiertas para recaudar y ordeñar sus bolsillos, su patrimonio, y no estamos preparados con los documentos demostrativos de los motivos económicos válidos, que dan lugar a las acciones y decisiones apropiadas y oportunas, eso, por lo que usted ha trabajado toda su vida, puede llegar a esfumarse.

Si buscamos asesoría complaciente, estaremos dejando una peligrosa pólvora que, activada por cantos de sirenas de quienes manejan prácticas fiscales de laxitud profesional – para ser generosos en la terminología, pueden estar haciendo feliz a la víctima – cliente contribuyente – pero al precio de doparse de frente a la realidad de un entorno más complejo y agreste que el que nos gustaría vivir y compartir. Es nuestra actual realidad de empresas, empresarios y especialistas responsables, preparados con experiencia en la gestión de los temas tributarios en este continuo cambiar del entorno interno y externo.

Publicado en La Republica el martes 16 marzo, 2021

¿Cómo manejar mi negocio en épocas de crisis?

Cuando recién abríamos por primera vez el negocio, pudimos haberlo hecho de varias formas:

Era una costumbre familiar y de repente vimos que tenía potencial de negocio, simplemente teníamos un hobby que le encontramos la forma de convertirlo en dinero. Tal vez la oportunidad de negocio se nos dio y teníamos los recursos necesarios para ello; o, por supuesto: nos convencimos de abrir un negocio, estudiamos al mercado, buscamos su necesidad, pensamos en cuál valor agregado daríamos, cuáles serían nuestras ventajas competitivas, consideramos nuestros medios de contacto, analizamos nuestro precio de venta y realizamos todo el análisis propio de la estrategia y táctica que tendría el negocio.

Es probable que esta última posibilidad nunca se haya dado y realmente muchos empresarios hoy en día prefieren su instinto antes que cualquier análisis y uso de herramientas que se han desarrollado con los años.

No es de asombrar, pues realmente ese instinto les ha sido funcional. Sin embargo, puede que sea el momento de menospreciar las formas diferentes de hacer las cosas.

Cuando se estudia consultoría y se trabaja en ella se aprende algo valioso. Por una parte, que las herramientas sirven como los mejores tacos, balón, campo de juego y todo el resto para jugar el partido de nuestras vidas, pero… lo cierto es que, si no se cuenta con ese tiburón interno que es el talento de negocios, el partido nunca será de clase mundial. Claro cuando se mezclan herramientas y talento es cuando surge Walmart, Coca Cola, P&G, etc; ideas destinadas a ser los gigantes del mundo.

Esta reflexión es funcional en épocas de COVID – 19. La pandemia nos lleva a entender un nuevo mundo. Los patrones de consumo han variado y la realidad que estábamos acostumbrados a tener se ha modificado. Es muy probable que los cambios vayan más allá del plazo del confinamiento. El aprender a subsistir a partir de compras en línea, hará del e-commerce una práctica común. El éxito del teletrabajo por COVID – 19 modificará los patrones y políticas de horario y espacio físico de cientos de miles de empresas.

Esta nueva realidad representa nuevos retos que debemos saber manejar. Sin duda, los grandes jugadores saldrán adelante, pero si estos grandes jugadores a su vez se permiten ayudar con herramientas que les simplifique un poco el partido, definitivamente no está de más y sobretodo, es una excelente oportunidad que les potenciará sus resultados.

El día que Costa Rica jugó contra Holanda, no se dudó del talento de la “Sele”, pero todas las ayudas extra que hubiéramos podido tener, sin duda habrían sido un posible diferenciador. Un papel con un mensaje, una manera de bloquear el miedo psicológico o cualquier estrategia habría aportado para sobrevivir en ese mundial.

La mejor recomendación para los empresarios es que es momento para volver a la mesa de dibujo. Replantear su nicho de mercado, su ventaja competitiva.  Definir si la puede seguir manteniendo o no, si su valor agregado sigue existiendo o no.

Por poner un ejemplo, antes los grandes gimnasios tenían como ventaja competitiva sus buenas instalaciones, ese diferenciador ya hoy no está. Deben echar mano de la imaginación, del conocimiento y del análisis para encontrar un nuevo diferenciador si quieren sobrevivir.

La lluvia de ideas siempre es buena y debe de ser un hábito en las compañías, pero para sacar mejor provecho de herramientas de planeación, innovación y definición estratégica es mejor acompañarse por gente experta, que le lleve de ese ejercicio conceptual a un análisis de mercados, prueba de productos, o análisis de las mismas compañías para saber cuáles son las fortalezas, eso potenciará los resultados.

Desde Grupo Camacho tenemos la experiencia y las ganas de acompañarlo en esta nueva aventura, permítanos brindarle nuevas herramientas de trabajo, diferentes perspectivas de mundo, ayudarle a auto descubrirse como empresa.

Eduardo Rodríguez Bolaños
Socio

Gestión Tributaria

 
¿Qué debo estar haciendo en mi empresa en este momento?

Sin duda, la vida cotidiana nos lleva a velocidades cada vez más aceleradas y requiere de nosotros como responsables de las decisiones más estratégicas de nuestros negocios, hacer un claro cuadro de mando estratégico. Si bien las empresas que cierran su periodo fiscal en setiembre están en el proceso de finalizar, afinar y financiar el cumplimiento de sus obligaciones del impuesto sobre la renta, es importante, indicar que esta acción operativa no debe absorber las acciones estratégicas.

Para quienes cierran sus cuentas anuales el próximo fin de diciembre, están en los preparativos de las mismas a la vez de afinar detalles de diversos cumplimientos en materia de reportes, a casa matriz, a las entidades de supervisión, a los acreedores, así como accionistas y Administración Tributaria. Todos estos son elementos que atienden a la operatividad de objetivos más estratégicos.

¿Cuáles deben ser las acciones estratégicas?

Para este momento debemos estar centrados en que operativamente se estén cumpliendo con los asuntos antes dichos, pero basados en una planificación estratégica, que permita medir la gestión del elemento de costo que corresponde al gasto por impuesto sobre la renta. Este costo, al igual que todos los demás debe ser susceptible de incorporarse y alinearse con los planes estratégicos de carácter integral que toda empresa organizada y moderna debe tener. Los impuestos sobre las utilidades no son solamente resultados residuales, no pueden tampoco tratarse como problemas ex post, para cambiar este paradigma las gerencias deben incorporar en sus cuadros estratégicos el manejo de las obligaciones fiscales de su grupo económico, haciendo en esta época, sin distinción del momento de cierre, es la planeación fiscal de 2018 y siguientes.

Esta tarea no es por definición una tarea ex post, ni de medio año, muchas veces en la práctica profesional, atendemos a quienes con sobresalto llegan a contarnos preocupados, que han tenido un excelente año, como si esto fuera una mala noticia, su sobresalto surge que no planearon el costo fiscal de este deseable escenario. Todo lo que un contribuyente puede administrar es la tasa efectiva del impuesto como resultado de acciones ex ante, ¿cuándo? Ahora.

Nosotros le podemos ayudar a mejorar sus resultados después de impuestos, siempre en apego a la legalidad, con oportunidad y en una adecuada manera de manejar sus costos fiscales, considerando los escenarios diversos de costo/ riesgo, que comporta toda decisión inteligente de negocios.

En nuestra experiencia, el éxito en el manejo del costo tributario y más aún, la reducción de las determinaciones en las empresas fiscalizadas, logra un mejor resultado, cuando la empresa tiene la disciplina de incorporar la planificación fiscal como parte de sus prácticas anuales, así como el monitoreo periódico. En Grupo Camacho internacional, contamos con las herramientas, el conocimiento y la capacidad de respuesta individualizada para atender estas y necesidades, déjenos acompañarle.

Suscríbase a nuestro #BoletínGCILe informamos de lo último sobre impuestos, tributación y negocios.