¿Estamos Listos para la Continuidad?
¿Estamos Listos para la Continuidad?
Dice la canción “reloj no marques las horas porque voy a enloquecer…”, en esta ocasión la recuerdo, no como canción de amor y despecho, sino más bien como presagio de la realidad que enfrentamos todos a partir del día en que nacemos.
El tiempo no se detiene y nos va llevando por los caminos de la vida. Cada persona es responsable de forjar su propio destino. Aplica tanto en el amor, como en lo espiritual y en el desarrollo profesional: ¡La vida se planifica!
Precisamente cuando el tiempo avanza y nos acercamos a la etapa de adultos mayores, los empresarios tenemos múltiples caminos para planificar el futuro de nuestra empresa y nuestro rol en ella:
- Podemos decidir permanecer al frente de la misma hasta que la salud o el destino nos lo permitan.
- Podemos decidir venderla y disfrutar de un patrimonio financiero; o,
- podemos hacer una transición planificada para retirarnos y que nuestros sucesores le den continuidad al negocio.
Todas son alternativas válidas y viables. La diferencia estriba en la situación particular de cada persona, su temperamento y su visión del futuro.
Muchos líderes permanecen al frente de la empresa familiar hasta el final de los días.
Algunos lo hacen por voluntad propia; a otros, la vida y la falta de planificación los va llevando por ese camino. Las razones para decidir “morir con las botas puestas” pueden ser muchas y diversas.
El ego y la vanidad pueden ser tan grandes que no permiten ver el retiro como un paso natural en la vida. En otros casos, no se logra encontrar una persona con la destreza y habilidad para sustituirnos, o eso se cree. A veces simplemente se busca evitar el conflicto y resentimiento que puede ocasionar el tema de la sucesión, y por ende no lo ponemos sobre la mesa del dialogo.
Lo cierto del caso es que muchos propietarios nunca encuentran el momento correcto para retirarse. Consciente o inconscientemente, se pospone el tema de la sucesión, dejando que sea el tiempo y el azar quienes decidan cómo y cuándo se dará el cambio generacional.
Vender la empresa es otra de las alternativas que muchos consideran cuando están cercanos al retiro. La idea es atractiva pues permite transformar un activo productivo en un patrimonio financiero líquido. Por fin podremos dedicarnos a viajar por el mundo, o retirarnos en una cabaña en la montaña a leer y hacer caminatas por la naturaleza. Comprar el condominio en la playa e irnos de pesca, o pasar temporadas con los nietos esquiando. En fin, para algunos la venta de la empresa es la culminación exitosa de su carrera empresarial. El momento de cosechar los frutos del trabajo y esfuerzo de tantos años.
Quienes opten por esta alternativa deberán elaborar una estrategia fiscal y patrimonial que les asegure un futuro exitoso, y así evitar que los frutos se los termine llevando el fisco o desaparezcan en una mala inversión.
Por último, algunos empresarios deciden hacer una transición planificada de su retiro, procurando que sus sucesores den continuidad a la empresa familiar. No se sienten cómodos dejando que el azar y el tiempo dicten las pautas de lo que ocurrirá con su empresa. Prefieren afrontar esos temas difíciles hoy, disminuyendo el conflicto futuro y fortaleciendo el dialogo para beneficio de las generaciones más jóvenes.
Usualmente quienes optan por esta alternativa quieren que sus hijos, hijas, nietos y nietas disfruten de los mismos beneficios que ellos han obtenido gracias a la empresa familiar. Por tal razón, desean que la empresa permanezca en propiedad de la familia.
Quienes desean que su empresa continúe operando por muchos años más en manos de sus hijos y nietos, deben hacerse la siguiente pregunta:
¿Cómo sé si mi empresa se encuentra preparada para afrontar la transición generacional y lograr la continuidad?
Es conveniente recordar que la empresa familiar es un sistema con varias dimensiones y que la sucesión es un proceso a lo largo de la vida del empresario y su familia.
El enfoque debe ser holístico y abarcar temas como: la visión común, los valores, la estrategia empresarial, el desarrollo personal y familiar, entre muchos otros.
El análisis es complejo y usualmente es conveniente llevarlo acabo en la compañía de una persona o empresa con experiencia y conocimiento del tema, Un acompañamiento integral, que debe incluir – pero no de manera exclusiva – temas de finanzas empresariales y familiares, asuntos fiscales complejo, manejo de transiciones de mando y procesos de cambio.
Una combinación difícil de encontrar en una sola persona, por lo que es más conveniente apoyarse en una empresa que brinde un equipo de trabajo con experiencias múltiples, en la que sus socios, asociados y consultores sean expertos en una pluralidad temática.
La tecnología, eso sí, permite a través de herramientas de autodiagnóstico darse una idea del estado actual de su empresa familiar y su madurez para abordar un proceso de sucesión.
De una manera sencilla puede tener un diagnóstico claro de las fortalezas y debilidades por trabajar de cara al cambio generacional. El resultado final es un insumo de alto valor que le permitirá planificar los siguientes pasos en el desarrollo de un proceso de sucesión para la continuidad de su empresa familiar.
¿Está listo para autodiagnosticarse? Complete unas breves preguntas aquí: Y por supuesto, compártalo con su familia y actores clave de su negocio. ¡Le sorprenderá la variedad de respuestas!